miércoles, 1 de enero de 2014

El metrónomo, el gran invento de Mäzel

¿Quién no ha usado alguna vez en su vida musical un metrónomo? Para muchos es nuestro fiel compañero, aquel que nos sirve de chivato del tiempo, que nos acompaña en las largas horas de estudio y que viene siempre con nosotros en el bolso o la mochila.
La palabra "metrónomo" viene del griego metron (medida) y nomos (regulación). Este aparato produce sonoramente un pulso regular, cuya velocidad se mide en golpes por minuto y es graduable manualmente.
Desde el siglo XVII muchos intentaron medir el tiempo siguiendo las indicaciones que había dado Galileo Galilei sobre el reloj de péndulo, pero no fue hasta 1812 que Johann Nepomuk Mäzel inventó el metrónomo como hoy lo conocemos. Realmente, se limitó a realizar ligeras modificaciones a todos los intentos anteriores y lo anunció a bombo y platillo por varias ciudades de Europa.
Ese mismo año Dietrich Nikolaus Winkel descubrió que un péndulo con peso a ambos lados del pivote era suficiente para reducir las grandísimas dimensiones del resto de metrónomos. Basándose en el principio del doble péndulo, trabajó tres años hasta finalizar su invento, creación que presentó el 14 de agosto de 1815 ante la Academia de las Ciencias de los Países Bajos. Mäzel, al conocer la noticia, decidió viajar hasta Amsterdam para inspeccionar la invención de Winkel. Una vez allí y reconociendo la grandísima superioridad de la misma frente a la suya, se ofreció a comprarle la titularidad y todos sus derechos. Winkel  se negó. Sin el permiso de su creador, Mäzel construyó una copia del metrónomo y lo presentó en Londres y en París obteniendo sendas patentes en 1815. Además, un año más tarde, comenzó a fabricar metrónomos bajo su propio nombre: Metrónomo Mäzel. Winkel acudió a los juzgados con una acción judicial, pero el tribunal dictaminó a favor de Mäzel ya que la escala graduada de sus metrónomos era muy diferente.
A pesar de sus protestas y con el apoyo de diversos científicos y revistas especializadas de música, Winkel fue ignorado y murió completamente arruinado.

Ultimo de los métrónomos que fabricó Mäzel
El metronómo que patentó Mäzel constaba de una caja de madera o de plástico con una varilla metálica con una pesa que puede desplazarse a lo largo de la misma. La varilla se comporta como un péndulo invertido de frecuencia ajustable. Cuando la pesa se sitúa cerca de la base, los tiempos son más cortos, mientras que al alejarla de la base el péndulo se mueve más despacio. En la parte superior de la caja, detrás de la varilla, hay una escala numérica que permite fijar el número de oscilaciones por minuto. La escala abarca desde 40 a 208 de oscilaciones por minuto.


Otro de los metrónomos de Mäzel

Con el paso de los años, los metrónomos han ido evolucionando y ahora mismo en el mercado puedes encontrar, además de los manuales, metrónomos electrónicos y digitales. La gran ventaja de los metrónomos modernos es que nunca se desestabilizan y pueden durar toda la vida.





Otros inventos de Mäzel
Aparte de ser el inventor oficial del metrónomo, Mäzel creó otros aparatos que ayudaron al mundo musical.
Forjó una gran amistad con Beethoven que terminó pronto y mal. El compositor alemán no dudó en usar algunos de los inventos de Mäzel, como el metrónomo. Fue el primero en incluir las anotaciones en la parte superior de la partitura a los tiempos a los que debía tocarse la partitura.

Anotación del tiempo al que deben ir las negras con el metrónomo

Para ayudar a Beethoven con su sordera, Mäzel construyó el primer audífono de la historia. Tenía forma de trompeta y amplificaba los sonidos permitiendo una mejor escucha.
Otro invento de Mäzel que Beethoven utilizó fue el panarmónico. Era una especie de teclado mecánico que automatizaba los sonidos de unos instrumentos mecánicos. Los 42 instrumentos  que formaban el panarmónico eran los mismos utilizados para una orquesta militar: flauta, clarinete, trompeta, violín, violonchelo, percusión, clavicémbalo y triángulo, todos ellos autómaticos y controlados desde el panarmónico. Se podría considerar un primitivo procesador central que controlaba una serie de periféricos, que serían los instrumentos musicales.
En 1813, Mäzel convenció a Beethoven para que compusiera una obra sinfónica para el nuevo instrumento. La victoria  del ejército aliado al mando del Duque de Wellington en la Batalla de Vitoria, ocurrida el 21 de junio y con la que acabó la Guerra de la Independencia española, le proporcionó a Beethoven un tema perfecto para la ocasión, al tratar el panarmónico de imitar los timbres y sonidos de una banda militar. Acabada la victoria de Wellington en octubre del mismo año, fue estrenada en el concierto del 8 de diciembre, durante el cual se estrenó también la séptima sinfonía. En ese momento, Mäzel aprovechó la ocasión para reclamar la propiedad de la pieza. Beethoven le interpuso una demanda por la apropiación de la obra que Beethoven ganó.
Hasta la Segunda Guerra Mundial se conservaba un panarmónico en el Landesgewerbe Museum en Stuttgart, pero fue destruido en 1942 durante un bombardeo.
Pero el invento más popular de Mäzel fue un autómata llamado "El Turco". Consistía en un tablero de ajedrez con un títere mecánico de tamaño natural disfrazado de turco (de ahí el nombre de la máquina). El títere movía mecánicamente las piezas de ajedrez. El truco estaba en esconder un jugador real de ajedrez de pequeño tamaño debajo de la mesa.


Pero "El Turco" no fue una creación de Mäzel, sino de Kempelen que, después de morir en 1804, Mäzel compró la máquina al hijo de Kempelen.
"El Turco" fue destruido en 1854 durante un incendio en el Museo de Philadelphia.


Reconstrucción de "El Turco"

Si alguno/a nunca ha usado un metrónomo, aquí tenéis un enlace con un metrónomo virtual.

http://www.metronomeonline.com/